Aguafuertes porteñas,
Roberto Arlt.
El "Calientasillas" (Diario “El mundo”:
14 de Agosto 1931)
El Calientasillas es el prototipo del novio
eterno. Podemos representárnoslo sentado en una sala, con el codo apoyado en un
costado del piano, mirándose distraídamente los calcetines calados. El
Calientasillas mantiene en las líneas de su semblante la expresión displicente
del hombre que ya no tiene nada que decir y que permanece en la sala con la
misma murria con que se encontraría en un café billardero. Cuando aparta la
vista de sus calcetines, la detiene en los retratos de familia que ornamentan
la sala. Se conoce de memoria los rasgos de ambos daguerrotipos ampliados.
Evita la mirada de la madre de su novia, una buena señora (las hay también
buenas) que dice:
LA MADRE. -Estimado
Fulano. Hace ya tres años que usted está de novio con Mechita.
EL CALIENTASILLAS.
—Tres años y dos meses. ¡Sí, me acuerdo!.. Lo que menos se me olvidan son las
fechas.
LA MADRE. -Me alegro
que conserve tan buena memoria. Hace tres años y dos meses. Usted no podrá
decir que lo hemos apurado... que lo hemos importunado.
EL
CALIENTASILLAS. -Nada de eso, señora. Precisamente ahora estaba pensando: es
hora de que regularice mi situación. He consumido ya en esta casa cerca de una
tonelada de legumbres secas y frescas...
LA MADRE. -No se
trata de eso, Fulano. Mechita hace ya tres años que está de novia. Y usted
había prometido casarse el año pasado, en esta fecha. Y ha pasado un año. No
podrá negar que no sólo usted, sino Mechita, están perdiendo el tiempo
lamentablemente. ¡Tres años de novios! ¿Cuándo terminará esto?... No me interrumpa,
Fulano. Póngase la mano en el corazón, como hombre decente.
¿No ha tenido tiempo
de conocerla a la nena ya? Tres años. Por favor, no me interrumpa, Fulano!
Viene usted a las tres de la tarde y se va a las doce de la noche. Tres años
así. Dígame, ¿usted en su casa, si fuera padre, toleraría que un señor
estuviera yendo y viniendo durante tres años desde las tres de la tarde a las
doce de la noche?
EL CALIENTASILLAS.
-Señora... Usted sabe que si no hubiera sido por ese principio de úlcera que
tuve al estómago... Le prometo arreglar nuestra situación, y pronto.
QUINTO AÑO DE NOVIO
El calientasillas más aburrido, más flaco,
más displicente, en la misma sala, mirándose los calcetines calados y
contemplando de reojo los daguerrotipos ampliados de los progenitores de su
novia, que sigue siendo Mechita.
MECHITA. -Por mí no
te diría nada. Pero mamá está triste. Me pregunta a veces: ¿Sabes en qué
termina esto, hijita? Y yo no sé qué contestarle. Siento pena por vos, más que
por mí. Sabes perfectamente que si no te quisiera no hubiera tolerado que
hubieras estado viniendo cinco años.
EL CALIENTASILLAS
(transitoriamente emocionado). ¡Cinco años de novio y dos meses! Sí, fue en esa
fecha que nos comprometimos. Tenés razón, Mechita. Pero vos conoces
perfectamente todo lo ocurrido. Primero los negocios que fueron mal; después la
muerte de papá. ¿Quién sostiene a mis dos hermanas? Yo. Vos sabes.
LA NOVIA. -Sé que
todo eso es verdad; sé que tenés buen corazón, y sé que con buen corazón y todo
nos estás haciendo sufrir a todos. No tenés plata, pero te compraste un auto.
¿Por qué no nos casamos y traes a vivir con nosotros a tus hermanas? Yo las
quiero, nos llevaríamos muy bien todos.
EL CALIENTASILLAS.
-Nos complicaríamos la vida, Mechita. Créeme. Espera un año. Dentro de un año
tenemos resuelto todos nuestros problemas.
SÉPTIMO AÑO DE NOVIO
El calientasillas, con las piernas cruzadas
en un sillón de la sala. Le blanquean los cabellos en las sienes. Arrugas
gordas le recorren el semblante. Mira consternado el piano, luego observa como
si los viera por primera vez, los retratos de los padres de Mechita.
EL HERMANO. -Che,
viejo, te hablo yo. Déjate de embromar. ¿Cuándo te pensás casar? Hace siete
años...
EL CALIENTASILLAS. -Y
dos meses. Si me parece que fue ayer cuando me comprometí. ¡Tengo una memoria
para las fechas!
EL HERMANO. -Sos la
desgracia, la polilla de esta casa. Mechita tenía veinte años cuando te
conoció... ¡Haceme el favor! ¿Cuándo te casas vos? ¡Siete años de novios!...
Pero ¿te das cuenta? Y después, todavía serás capaz de protestar que te apuran.
¡Siete años! La vieja está loca. Mechita está loca. ¡Siete años! Yo no sé cómo
han tolerado esto.
EL CALIENTASILLAS.
—Vos sabes que se enfermó mi hermana; que hubo que operarla a la menor...
EL HERMANO. —Déjate
de embromar. Primero tu estómago, después los negocios, después los viejos que
se te murieron, después tus hermanas... ¿Qué esperas para casarte? ¿Enterrarnos
a todos?
AÑO NOVENO
El calientasillas en un rincón de la sala.
Peinas canas. Mechita (los párpados abultados) la cara color de cera monjil. La
que debía ser suegra, encorvadita en el sillón. Estamos en el mes de enero. El
calientasillas contempla pensativamente las fotografías suspendidas sobre el
piano que representan a los progenitores de Mechita, y por decir algo, dice:
-Bueno... Como Dios
no se oponga, nos casaremos en octubre. Mechita ¿qué te parece?
"Quieren que me
case con otro" (Diario
“El mundo”: 20 de Agosto 1931)
Este trabajo manofina, pertenece a la
categoría de los comprendidos en la estrategia frenética. La estrategia
frenética se caracteriza por sus ataques a fondo para impulsar a un ciudadano a
penetrar en las oficinas del Registro Civil. Suscita resultados magníficos en
los temperamentos apasionados, que no se resuelven a cruzar el umbral de las
susodichas oficinas. Como todos los temperamentos suministrados por la
"estrategia frenética" concede un triunfo amplio, o causa un fracaso
rotundo. Semejante a los remedios de vida y muerte, éste que yo señalo,
perteneciente a la estrategia frenética, requiere finísima mano para
dosificarlo, y amplio conocimiento de la psicología del candidato.
CÓMO SE
DESARROLLA
Nada más ilustrativo que el diálogo para el
alma y el entendimiento. De allí que yo utilice el diálogo por ser un elemento
más clástico para proporcionar materiales de juicio. De manera que el Diálogo
lo podemos enclavar en cualquier paraje, y con preferencia En la calle.
FULANA, (los ojos
llenos de lágrimas, el tono convulso). Nos quieren separar, amor mío...
ZUTANO. -Pero, ¡esto
es un crimen!
FULANA. -Una infamia
que no tiene nombre. En casa dicen que vos no te resolvés, que con vos no se
puede contar... Y mamá nene entre ojos un candidato que me es odioso, ¿sabes?
Un hombre de plata... Quieren que me case con un hombre de plata, de mucha
plata... Y yo no quiero. Yo ¡yo quiero casarme con vos!
ZUTANO. -¿Quién es
ese canalla?
FULANA. -No lo
conoces. Es amigo de papá. Siempre venía a casa y me miraba... Pero yo no le
daba importancia. Confiaba en vos.
ZUTANO (respirando).
-¡Qué buena que sos! Hacías bien en confiar en mí.
FULANA.—Confiaba en
vos... esperando que resolvieras... Pero los días pasan y mamá cada vez me
insiste más en que te despache, que te deje... papá también... Y mi hermano
también y mis hermanos también. Yo no sé... Parece que ese hombre los hubiera
embrujado a todos...
ZUTANO. -¿Y qué vas a
hacer vos?
FULANA (derramando
otro caudal de lágrimas). -¡Dios mío! Yo no sé... No sé... Me tienen loca.
Cuando me deja mamá, empieza papá; cuando me deja papá, me agarra mi hermano.
Todos insisten, todos me dicen: "aprovecha, es un hombre bueno,
respetable, de dinero, que te va a tener bien, con automóvil".
ZUTANO. -¿Y vos qué
contestas?
FULANA. —¿Qué querés
que les diga? ¿Qué quiero casarme con vos?... Y entonces mi tía, mi hermano, mi
papá y mamá empiezan: "si ese hombre viniera en serio, se habría ya
casado. No te haría perder tiempo. Fijaría fecha. Que te fije fecha..."
Eso es lo que dijeron hoy. Y para pronto. Si no tenes que cortar. No es posible
hacerle perder el tiempo a un hombre respetable y con tanta plata."
ZUTANO. -¿Así que si
yo fijo fecha, te dejarán tranquila?
FULANA. —¡Claro,
querido! Hacelo por nosotros. Por nuestra felicidad. ¡Cuánto te quiero! Si vos
vas y le prometes formalmente a papá y a mamá que pronto nos casamos, estoy
segura que a ese odioso lo despachan... Porque ellos me quieren, y entre que yo
me case con un hombre de mucha plata a disgusto, y con uno pobre con mi
conformidad... elegirán siempre el de mi conformidad.
ZUTANO. -Pero vos ¿te
casarías?
FULANA. —¿Y qué puedo
hacer yo? Decime, ¿qué puedo hacer? Desde que me levanto hasta que me acuesto
me gritan en casa. Mamá... no te imaginas cómo me grita. Papá, tendrías que
oírlo. Estoy harta ya de gritos.
ZUTANO. -¿Así que te
gritan todos?
FULANA. -No sabes los
esfuerzos que tuve que hacer por verte estos minutos. Nadie sabe nada en casa.
Sino ¡créeme que me matarían!
ZUTANO. -Y el tipo
ese ¿te dice algo?
FULANA. -No...
conmigo no se atreve directamente a hablar porque lo miro con rabia ¿sabes?
Pero anoche dijo: "El día que me case tendré automóvil a la puerta con
chauffeur".
ZUTANO. -Y vos ¿no
dijiste nada?
FULANA. —Yo pensaba
que prefería la dicha con vos, en una casita modesta, que tenerlo a él con su
diablo de automóvil y chauffeur.
ZUTANO. -¡Qué noble
sos, querida mía! ¡Qué hermosa es tu alma!
FULANA. —¿Por qué no
te resolvés, querido? ¿Por qué no le hablas a mamá? Mamá, aunque parece tener
mal genio, es muy buena. Si vos vas y le decís: "Señora, le juro que para
tal fecha me caso", y después le presentas a tu mamá, estoy segura (¡como
para no estarlo!) que se queda contenta y lo manda al diablo a ese horrible
ricachón. (Fulana mira precipitadamente en redor como si la acosara un peligro
invisible, que lógicamente no existe.) Bueno, me voy, porque si no me van a
hacer una horrible cuestión... ¿Cuándo podes contestarme?
ZUTANO -Mira, esta
noche voy a pensar. Mañana te doy la contestación definitiva.
FULANA—Sé bueno,
querido... No me hagas desgraciada... Pensá bien. Mañana a esta hora te espero
con el "sí". ¿Sabes, queridito? Con un sí grandote...
Suena un beso en la oscuridad.
"Bonafide" se marcha pensativo, entre las sombras de la calle. Su
corazón y no su cerebro, trabaja la proposición.
Un tema muy especial desconocido en estos días en que la juventud encara la unión de diferente forma... Hermoso texto de un grande. Saludos
ResponderEliminarAsí es Rosa! El texto ironiza sobre, una situación cultural y social muy distinta a la de chicos.
EliminarSaludos!